Otoño
Y en silencio
palidece su tersa piel,
desnuda.
Lamentos
y quejidos quiebran
al viento,
bajo sus
pies descalzos
agonizan,
hojas caducas.
Testigos mudos
historias de
pasión, odio ,
rencor.
Lágrimas
posadas con descaro,
risas,
juegos de amor.
Ora, aletean
al aire llevándolas
consigo.
Ora, surcan la tierra,
quedan rotas.
Vientos
del Norte
calimas del Levante,
susurran poemas
perfilan colores.
Componen en su
último ocaso,
su mágico
manto amarillo,
entre suspiros y
melodías,
arraigos de vida.
Juan Luis Bermejo