…otro día.
Azul
gris,
cobalto intenso
derrite sus pupilas al sol,
al viento.
Acaso,
prisionero en su atalaya
roto,
cuando la lluvia rocía sus lágrimas
lamiendo sus heridas.
Su corazón,
triste,
siente y llora ,
abrasa sus adentros.
Avanza el tiempo,
sin mirar atrás a detenerse,
con pausada lentitud,
inflexible.
Quiebra en su interior
los silencios , sus silencios…
cuando gira opuesto el sentido
en las cansadas agujas de su viejo
reloj.
Atraviesa telas de araña,
cual
losas imaginarias
cadenas pesadas al despertar,
su despertar.
No percibe aún su horizonte,
ni
siquiera sujeta su destino
deplora tal vez un pasado mañana.
Resiste cuerpo a cuerpo en su
encrucijada,
cruce de caminos,
campo de
batalla.
Mas,
seguirá vivo en
ellos,
cuando muera.